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Cuidados imprescindibles para la salud del pie de tu bebé

Todos sabemos que la salud de nuestros pequeños es lo más importante y el cuidado de sus pies es buena parte de ello. Aunque no lo sepáis, los pies de los bebés no están formados por completo al nacer, sus huesos se irán formando con el crecimiento y terminarán de hacerlo entre los 10 y los 13 años, dependiendo del sexo. Deberemos cuidarlos bien para que se desarrollen sanos y fuertes, para ello nos valdremos de los consejos que hoy os traigo y de la estimulación de la propiocepción de la que ya hablamos en este post.

Son muchos los padres que acuden al podólogo preocupados porque a su bebé se le quiebran mucho las uñas, tienen miedo de que se le claven o no saben qué zapato es mejor para su edad, por eso hoy os traigo las claves para mantener unos pies sanos en nuestros pequeños.

Comenzaremos por un lavado diario con agua tibia y jabón neutro, limpiaremos bien entre cada dedito y luego secaremos bien con la toalla, a toquecitos, para evitar la humedad en la zona, que no trae nada bueno como ya sabéis.

Hidrataremos tras cada baño para mantener intacta y en plenas condiciones la piel de nuestros bebés. En los mayores diferenciamos entre cremas de cuerpo y de pies, pero a edades tempranas usaremos la misma crema para todo el cuerpo.

El corte de las uñas de los bebés es muy importante. Aunque las uñas de los niños crecen rápido, las de los pies no tanto; las cortaremos siempre que sea necesario pero sin apurar: mejor cortar menos la uña pero más a menudo. Sus uñas son muy frágiles y se rompen fácilmente, pero no pasa nada, lo más importante es cortarlas siempre rectas y si se fracturan, las limaremos con una lima suave para evitar aristas que puedan producir arañazos. Por supuesto, si en algún momento vemos algún enrojecimiento o inflamación, deberemos acudir al podólogo para evitar posibles uñas encarnadas o cualquier otra patología.

Evitaremos un exceso de sudoración poniéndoles calcetines de fibras naturales; absorberán el sudor cuando estén calzados y aislarán sus pies del frío suelo.

Cuando empiecen a gatear podemos cambiar los calcetines por zapatos muy blandos para permitir la movilidad y no limitar de ninguna forma, que sean transpirables y no aprieten el pie del bebé. A muchos padres les encanta vestir a sus hijos con zapatillas o zapatos de marca en miniatura, tan monos pero, desgraciadamente para los padres, tan malos para un niño a estas edades. Los zapatos de los preandantes deben ser casi un guante, de suela blanda y antideslizante, suaves, sin costuras o broches que se puedan clavar cuando se sienten en el suelo. 

Otro factor importante es que sean de corte bajo, es decir, que dejen libre el tobillo para total libertad de movimiento. Conforme el niño vaya creciendo también lo harán sus exigencias biomecánicas, entonces iremos requiriendo más elementos para un calzado correcto adaptado a ellos: horma, tacón, ajuste, contrafuerte…

Si desde pequeños les ponemos zapatos que no son los apropiados para su edad o su situación estaremos alimentando futuras patologías, tanto rotacionales como de alineación, lo cual nos puede debutar en un problema más adelante. La prevención es la clave, por eso en Podología Candela Flores os proporcionamos un trato muy cercano para asistir a vuestros pequeños, podemos valorarlos exhaustivamente para prever futuras patologías y poder tratarlas a tiempo, manteniendo la salud de nuestros pequeños desde la base, sus pies.

¡Cuidemos a los enanos de la casa!

 

 

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