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Hablemos de juanetes

¡Hola de nuevo!

Todos hemos oído hablar de los famosos juanetes, que si se heredan, que si usas mucho tacón te saldrán seguro… Pero nadie lo sabe a ciencia cierta. Hoy os traemos las claves para entender esta deformidad tan típica de nuestros pies.

El “juanete”, lo que los podólogos técnicamente llamamos “Hallux Abductus Valgus” (HAV), es una deformidad de la articulación del dedo gordo con el primer metatarsiano que da lugar a un “bulto óseo” y a la desviación del dedo hacia dentro. Se trata, en resumidas cuentas, de una artrosis de la articulación que puede ir acompañada de dolor e inflamación de los tejidos blandos adyacentes, causada bien por la misma artrosis/artritis o por el roce y la presión que ejerce la deformidad contra el zapato.

Los juanetes pueden ocasionarse por diversos factores, no por uno en concreto. Los principales son:

  • Tu forma de pisar: Esta es la principal causa de la aparición de juanetes. El pie valgo (o pronado como también se le puede conocer comúnmente), ya sea plano o cavo, favorece la aparición del HAV.
  • Tu anatomía: La forma de tus huesos, principalmente una cabeza del primer metatarsiano redondeada, puede predisponer a la aparición de esta deformidad. 
  • Algunos estudios avalan una mayor tendencia de las mujeres a sufrir juanetes debido a cierta forma de las falanges del primer dedo, más típica en el sexo femenino.
  • Uso de calzado inadecuado:
    • Estrecho: Al juntar mucho los dedos se altera la movilidad del pie.
    • Suelto o sin agarre: Abusar de las chanclas o no ajustarse bien los cordones nos provocan malposiciones que facilitar la aparición del juanete.
  • Uso de tacón alto: Modificamos la biomecánica normal del pie y lo forzamos a trabajar en una situación de anormalidad.
 

Pero ¿se heredan los juanetes? No, los juanetes no se heredan como tal porque no nacemos con juanetes, se heredan los factores predisponentes como la manera de pisar o la forma de nuestros huesos.

En multitud de ocasiones hemos oído que los juanetes se heredan, que “tiene los pies igual que su padre”, que “camina igual que su madre”… Y es cierto, estos rasgos, como el color del pelo o la forma de la nariz, se pueden heredar. Sin embargo, que se puedan heredar no significa que no podamos evitar su aparición o retrasarla poniendo los medios pertinentes y actuando a tiempo. Precisamente por eso, si vemos que en la familia hay mucha predisposición a tener juanetes, deberemos vigilar bien la salud de los pies de los más pequeños para poder preservarla. Lo ideal es empezar las revisiones podológicas pediátricas a partir de los 3-4 años, y el podólogo valorará su situación y su pronóstico, y no arrepentirnos a los años de no haber llevado al niño al especialista.

Igualmente, si ya somos mayorcitos, se nos ha pasado la edad de prevención y ya tenemos un principio de “bultito óseo” podemos evitar que vaya a más mediante un plan terapéutico. Da igual la edad que se tenga, el proceder será el mismo. El podólogo te realizará una exploración exhaustiva en camilla, de pie (estática) y caminando (dinámica). 

En Podología Candela Flores disponemos de la última tecnología para darte un diagnóstico rápido y certero, y poder así sentar las bases de un buen tratamiento.

El plan terapéutico para el Hallux Abductus Valgus consiste en:

 

  • Soportes plantares podológicos: las plantillas de toda la vida. Analizaremos tu pisada y tu marcha y diseñaremos unos soportes específicos para tí, atendiendo a tus necesidades biomecánicas.
  • Ejercicios de tonificación y propiocepción: Los pacientes con HAV suelen tener ciertos músculos del pie débiles, estimulándolos evitaremos la progresión de la deformidad. Tonificación y propiocepción van de la mano, podéis ver algunos ejercicios aquí.
  • Ortesis de silicona: Éstas son unos elementos que colocamos a modo de separador entre el 1º y 2º dedo para evitar que el dedo se desvíe más. Por lo general acompaña a las plantillas como tratamiento secundario y complementario.
  • Evitar zapatos estrechos y de tacón, que merman la capacidad biomecánica de las estructuras del pie. En su lugar utilizar zapatos anchos y de materiales flexibles.
  • Huye de los correctores nocturnos: No valen para prevenir ni eliminar el HAV, ni siquiera para frenar su avance, sólo de mantenimiento postquirúrgico.
 

Si la deformidad es grande y dolorosa siempre tendremos la opción de la cirugía, con ella realinearemos todas las estructuras y volveremos a “posición 0”. Pero operarse el juanete sólo significa operarse de la consecuencia, no la causa, es decir, operarte el juanete no te quita todos los factores que predisponen a su aparición. Es por esto que, aunque te operes, se recomienda seguir el tratamiento con soportes plantares, para evitar que tu forma de pisar vuelva a provocarte la deformidad. 

En los casos en los que la irritación de la articulación es grande se puede dar gran tumefacción de la zona, piel enrojecida y caliente, dolor y molestias al caminar. Estos brotes pueden ir y venir según evolucione la artrosis de la zona, pero siempre se recomendará llevar a cabo estas indicaciones para mejorar la sintomatología:

  • Aplicar frío en la zona para calmar el dolor.
  • Reposo relativo, intentar no caminar mucho o forzar la articulación si duele.
  • Tomar ibuprofeno o paracetamol, esto solamente si te lo ha pautado un especialista, no debemos automedicarnos. Siempre podemos aplicarnos un gel antiinflamatorio bien frío para que tenga efecto doble.

 

En cualquier caso, deberemos acudir a un especialista como el podólogo antes de autotratarnos, y lo mismo si queremos empezar una práctica deportiva y tenemos alguna afectación podológica, mejor siempre supervisar y prevenir que curar.

Ya sabes que en Podología Candela Flores estamos aquí para ayudarte en todo momento, ¡no dudes en contactar con nosotros!
 
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